Este seguramente es el síndrome del impostor; así como en la serie la Casa de Papel, surgió el síndrome de Estocolmo, y quien lo padecía se terminó identificando entre muchas ciudades como eso, Estocolmo.
En este caso, no me definiré como impostora, pero sí como una Andrea Más. No es ni será el nombre más original, existen muchos mejores, más pensados y trabajados. Este surgió hace años, en una conversación en la cama con una amiga, a quien le dije que no estaba interesada en que se supiera mi nombre y que nunca había soñado con ser reconocida.
Andrea significa valiente y Más porque puede ser cualquiera, es eso... o es así lo que me he querido vender. Cada que pienso en hacer esto publico me angustio, porque en estas letras dice más de mí que de cualquier otro ser humano, y esto posiblemente sea solo una biografía emotiva.
Quisiera mandar a volar los juicios de no merecer, de no ser suficiente, de sentirme tan fuerte como cuando miro hacia atrás y veo lo que he logrado. Todxs tenemos susto del escarnio social y pensamos que los demás piensan mucho sobre nosotros y puede que algo se les pase por la cabeza, pero seguramente andan tratándose igual de mal que nosotrxs.
He visto el talento de muchos y puedo hacer un juicio objetivo dejando de lado el cariño, y me gustaría ser para ellos más extraña o esa voz con autoridad que necesitan para que sepan que están soñando bajito y que son ¡tremendxs!
Suena a superación personal y es posible que lo sea, pero es que la gente talentosa no estuvo esperando que alguien se lo dijera, ella misma lo confirmo superando sus límites y peleando con el impostor para reencarnarlo y mirarlo de frente.
Una Andrea Más es la representación de todxs quienes hemos querido hacer mil cosas detrás, porque nuestra personalidad no es de pantalla, pero también de quienes temen infinitamente fallarle al mundo, especialmente a ellos mismxs.
Comments